Inteligencia emocional. Todos conocemos el concepto de coeficiente intelectual, coeficiente de inteligencia, medida determinada por capacidades como la inteligencia lógica matemática o la capacidad de resolver problemas.
Pero existen otras muchas inteligencias (como bien recoge Howard Gardner en su “Teoría de las inteligencias múltiples”) o la Inteligencia Emocional (IE) de Daniel Goleman. Hablaremos sobre ésta última.
La IE es la capacidad que tenemos para comprender y gestionar nuestras propias emociones. Esta capacidad, pues, nos ayuda a tener relaciones más respetuosas y comprensivas con los demás y por supuesto a mejorar nuestra calidad de vida.
¿Y qué podemos hacer para desarrollar la IE? Hay muchas claves que tenemos que tener muy presentes y trabajar. Muchas. Pero destacaré tres que, a mi entender, son básicas:
Autoconciencia: reconocer nuestras emociones, sin juzgarnos y sin dejar que nos arrastren.
Empatía: ponernos en el lugar del otro. Imprescindible en cualquier tipo de relación. A través de la empatía, aprendemos a eliminar la indiferencia y aumentamos nuestro nivel de comprensión.
Automotivación: en esta maraña de estímulos externos /internos que nos acompañan, aprenderemos a dirigir nuestra atención hacia los objetivos a los que aspiramos.
En resumen, la IE nos ayuda a mejorar nuestra relación, en primera instancia con nosotros mismos, y por lo tanto, con los demás. Y esto, que refuerza nuestra actitud positiva frente a la vida, repercute a nivel laboral en una mayor garantía de éxito.
Sonia Mancebo
Directora Rindemás, s.l.